jueves, 20 de octubre de 2011

El control de las emociones (basado en Anthony Robbins)

Las diez emociones de poder
Muchas personas sufren en el error de que las emociones se hallan fuera de su control y que se producen espontáneamente ante los acontecimientos de nuestra vida, otras descartamos su validez y otras las tememos como el que teme un virus. Algunas veces pensamos que las emociones son fruto de lo que otros nos hacen o nos dicen. Las personas con tal de evitar sentir ciertas emociones, son capaces de entregarse a las drogas, al juego o caen en depresiones.
Hay cuatro formas básicas de tratar la emoción.

1- Evitación Muchas personas tratan de evitar aquello que les produce una emoción desagradable. Si tienen miedo al rechazo, tratan de evitar situaciones que les produzca rechazo. No ocupan puestos de responsabilidad y eso les da placer a corto plazo, pero a largo plazo se pierden muchas experiencias gratificantes.
Estas personas deben de reflexionar y encontrar lo positivo que hay detrás de las cosas que pensaban que generaban emociones negativas.
2- Denegación Es la actitud de no cambiar el enfoque , continuar haciéndote las mismas preguntas limitadoras, experimentar la emoción y aparentar que ésta no existe, hecho que produce más dolor.
El no prestar atención a las emociones da lugar a que actúen con más fuerza, con más intensidad.
3-Competición Muchas personas dejan de luchar contra las emociones dolorosas y deciden soportarlas por completo.
Las emociones intentan hacernos llegar un mensaje positivo que es ignorado. La persona llega a identificarse con la emoción, actua de víctima, compite con otros para ver quien está peor. Al final es una profecía que se cumple. Si quieres estar mal, estarás mal.
4- Aprender y utilizarlas Hacer que las emociones trabajen para ti. No es posible huir de ellas pero tampoco debemos dejar que nos dirijan la vida. Consideremos las emociones como una brújula que nos indican el camino, las acciones para alcanzar nuestro objetivo. Sabiendo utilizar esta brújula estaremos a salvo de las tempestades psíquicas.
Lo primero es pensar que el pasado no determina el futuro como creencia funadamental, así que no indaguemos en aquello que nos limitaba o frustraba en el pasado. Las emociones nos darán una pauta de acción, por ello en vez de llamarlas emociones negativas, pasemos a llamarlas señales para la acción.

Cuando aprendemos a utilizar esas señales y los mensajes que nos transmiten, nos liberarán de los temores y nos guiarán hacia las cumbres de nuestra realización.
Por tanto las emociones no son tan malas, no son depredadoras, son señales que nos llevan a una mayor calidad de vida.
No debemos actuar con evitación, ya que las emociones se intensificarán y al final nos producirán una crisis.
Debemos aprender que somos nosotros exclusivamente los que nos creamos las emociones, hay personas que no se permiten ser felices o amados si no se dan una serie de circunstancias, pero hay que pensar que somos libres de sentirnos como queramos en cualquier momento que lo deseemos, no tenemos que esparar a nadie ni a ninguna circunstancia para sentirnos como queremos.
Si decidimos no sentirnos bien en un momento determinado, es porque las emociones negativas nos están enviando una señal; esas señales son, que lo que estás haciendo ahora no funciona, que percibes las cosas de una determinada manera, que los procedimientos que estás utilizando no son los adecuados, o la forma en que comunicas tus necesidades o deseos, o que las acciones que estás llevando a acabo tampoco son adecuadas.
La solución está en cambiar de actitud. Las percepciones están controladas por aquello sobre lo que enfocas la atención y por el significado que le das a las cosas, quizá tengas cambiar la forma de comunicarte con la gente, cambiar la percepción que tienes de los problemas.
Las emociones por tanto, tratan de apoyarte para que emprendas la acción tendente a cambiar la forma de pensar, para así cambiar la percepción de las cosas y los procedimientos que usas para comunicarte o comportarte.

Seis pasos para el dominio emocional

Cada vez que sientas una emoción dolorosa, puedes dar seis pasos para sacar beneficio de esa emoción eliminando el dolor que produce.
1- Identifica lo que estás sintiendo realmente Muchas veces nos sentimos abrumados por las emociones, que no sabemos realmente que nos pasa, entonces debemos preguntarnos.
¿Qué estoy sintiendo ahora realmente?
No es lo mismo tener sensación de pérdida que estar por ejemplo enfadado. Una vez que hemos identificado la emoción, podemos empezar a cuestionarlas, ésto hará disminuir su intensidad y podrás afrontar la situación con más facilidad y rapidez.
Utilicemos el vocabulario transformacional; ¿Me siento rechazado o realmente me siento un poco incómodo porque tal persona hoy no me ha llamado?
2- Reconoce y aprecia tus emociones Piensa que todas las emociones que sientes están para apoyarte en un cambio positivo, por ello no hay que pensar en que son algo erróneo. Aquello a lo que te resistas, tenderá a persistir. Si le prestas la correspondiente atención a tus emociones, verás que se calman de inmediato.
3- Ten curiosidad por el mensaje que te trasmite la emoción Sentir curiosidad te ayuda a dominar la emoción, a solucionar el desafío, y evita que el mismo problema vuelva a surgir en el futuro.
Cuando empieces a sentir la emoción, siente curiosidad por lo que ésta te ofrece en realidad. ¿Qué necesito hacer ahora mismo para mejorar las cosas? Si te sientes sólo, cuestiónate la soledad ¿Estoy malinterpretando la situación cuando creo que estoy solo y en realidad tengo muchos amigos? A lo mejor la sensación de soledad está enviando el mensaje de la necesidad de salir más y conectar con la gente.
Preguntas para sentir curiosidad por las emociones.
- ¿Qué es lo que deseo sentir realmente?
-¿Qué tendría que creer para sentirme como me he estado sintiendo?
-¿Qué estoy dispuesto a hacer para crear una solución y manejar esto ahora mismo?
-¿Qué puedo aprender de esto?
Al experimentar curiosidad por tus emociones, aprenderemos distinciones importantes acerca de ellas, hoy y en el futuro.
4-Obtén confianza en tí mismo Intenta recordar alguna vez que tuviste una emoción similar y date cuenta de que lograste manejar la emoción con éxito, al igual que la controlaste en el pasado, lo mismo puedes hacer hoy.
¿Qué hiciste en aquella ocasión?
¿Cambió aquello sobre lo que enfocabas la atención, las preguntas que te hiciste, tus percepciones?
¿Emprendiste alguna acción nueva?
Haz ahora lo mismo, con la esperanza de que pasará lo mismo que en la ocasión anterior.
Si te sientes deprimido y habías logrado cambiar esa situación, pregúntate.
¿Qué hice en aquel momento?
¿Emprendiste alguna acción nueva?
5-Asegúrate de que puedes manejar esto no sólo hoy, sino también en el futuro
Recuerda las formas en que manejaste la situación en el pasado y ensayar el manejo de situaciones similares cuando esta señal para la acción vuelva a presentarse en el futuro.
Visualízate manejando la situación con facilidad, esto creará un cambio neuronal de certidumbre de que estos desafíos se pueden manejar con faciliad.
Anota tres o cuatro formas en que podría cambiar tu percepción cuando surja una señal para la acción, o formas de como cambiar como comunicas tus sentimientos, o como podrías cambiar las acciones que emprendiste para esa situación en particular.
6- Anímate y emprende la acción
Imagina que puedes darle la vuelta a la situación imigando las antiguas estrategias que te dieron resultado en el manejo de la emoción, anímate pensando en que puedes manejar la situación con facilidad y emprende alguna acción inmediata para demostrarlo. No te quedes empantanado en las emociones limitadoras que estás experimentando. Exprésate utilizando lo que has ensayado internamente para crear un cambio en tu percepción y en tus acciones. Así cambiaremos la forma de sentir la emoción tanto hoy como en el futuro.

Al principio puede resultar incómodo aplicar estos seis pasos, pero cuanto más practiques, más fácil resultará pasar a la acción a pesar de tus emociones negativas.
Hay que matar al monstruo cuando todavía es pequeño.

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